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En el año 1968, el artista Robert Smithson publicó en la revista Artforum, un texto titulado “Incidentes del viaje de los espejos en el Yucatán”. Dicho artículo comenzaba con dos referencias, una de J.Eric S. Thompson sobre el libro  “Maya  Hieroglyphic”, y la segunda, de Claude Levi-Strass, del libro “El pensamiento salvaje”,  que indicaba lo siguiente:

El rasgo característico de la mente salvaje es la atemporalidad: su objeto es comprender el mundo como una totalidad  tanto sincrónica como diacrónica, y el conocimiento que deriva de ello es como el que proporcionan, en una sala, espejos colocados en paredes opuestas, que se reflejan unos en otros (además de los objetos en el espacio intermedio), aunque sin ser estrictamente paralelos.

Bajo esos indicios y acciones, la investigación se centra en una interacción especular, eniantomórfica, que de manera semejante a las propuestas conceptuales de Robert Smithson, aporte un conocimiento holístico, tanto sincrónico como diacrónico, del territorio singular y conflictivo del Estrecho de Gibraltar. Se propone actuar como Smithson en sus desplazamientos en la península del Yucatán, es decir, disponer espejos enfrentados en diversos lugares del Estrecho, capaces de reflejar, y por tanto, de atrapar e incorporar acciones de un lugar en el opuesto. Se estaría ensayando la acción de los “desplazamientos” de significados  y estableciéndose  derivas de enlace entre las dos orillas.

El objetivo de esta investigación especulativa ha sido desvelar circunstancias, valencias y  vínculos entre los diversos parámetros que definen el territorio a evaluar. Conceptos como límite, borde, frontera, oriente, geografía, topografía, recinto, identidad, propiedad, intercambio, hibridación, topología, vacío, energía, memoria, son inevitables en cuanto a poder establecer una correspondencia de estructuras.