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Energía y territorio resultan indisociables en la sociedad contemporánea. Es innegable que la energía tiene una repercusión económica y social determinante, pero también territorial, puesto que los 5,93EJ de energía que fueron consumidos en España durante 2012 debieron de generarse en alguna parte. Centrales térmicas, minas, oleoductos, cables de alta tensión, refinerías, puertos, centrales hidroeléctricas o campos eólicos se propagan por el paisaje, llegando a configurar algunos de los sistemas espaciales más complejos y relevantes del territorio.

La primera fase de la investigación comienza con un estudio de la distribución espacial de la producción de energía en España, con el objetivo de localizar territorios de concentración. El resultado ha sido un mapa de la infraestructura energética nacional donde por vez primera se muestran, no solo los grandes centros de consumo y las redes de transporte, sino también una serie de territorios donde se genera y procesa la mayor parte de la energía. Se trata de un mapa dinámico (GIS) que recoge el despliegue progresivo de la infraestructura energética española desde inicios del siglo XX hasta el momento actual. Posee un grado de definición que alcanza a describir la estructura espacial de las áreas identificadas.

Una vez identificados estos territorios, la segunda fase de la investigación avanza hacia el análisis comparado de tres paisajes de la energía: Puertollano (Ciudad Real), Aliaga (Teruel) y As Pontes (La Coruña). Estos tres excepcionales paisajes tienen su origen común en la política energética de la Autarquía, pero su evolución hasta la actualidad ha sido diversa. La investigación identifica sus dinámicas territoriales actuales e históricas, estudia las diferencias en la valoración social y propone criterios ante el reto de proyectar el territorio de cara al futuro. Sirven como casos de estudios para testear una aproximación alternativa a los procesos de reciclaje del paisaje desde la dimensión de la memoria.