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Como parte de la creación de una ciudad moderna, el arquitecto Martin Wagner, comisionado para la planificación urbana de Berlín entre 1925 y 1933, asumió el objetivo de proporcionar a los residentes, especialmente los residentes de la clase trabajadora, la oportunidad de tener contacto con la naturaleza. Wagner entendió que una manera de hacerlo era facilitar acceso a lagos y ríos como espacios de ocio, por lo que realizó las acciones oportunas para mantener estas áreas abiertas para la ciudad en su conjunto, como un recurso público. Esta experiencia de relevancia para la historia del urbanismo explicita cómo los vínculos entre el agua y la infraestructura no son puramente una cuestión de salud pública, sino que también se relacionan con la democratización del acceso al espacio urbano, ofreciendo a la población la oportunidad de disfrutar de la naturaleza urbana.

El proyecto de investigación estudia el agua, como elemento fundamental del espacio habitado en la Comunidad de Madrid, y sus retos para el proyecto de arquitectura del paisaje. Explora la complejidad de percepciones y significados asociados a la construcción de los paisajes del agua, así como los retos futuros para mejorar los espacios públicos urbanos introduciendo el agua como factor estructural de diseño.

Los casos estudiados fueron: la sistemática de los arroyos en la estructura de Madrid, el Canal del Manzanares, el Parque Lineal Madrid Río, el Pontón de la Oliva, los depósitos del Canal de Isabel II, el Parque de la Gavia, regeneración del Parque de Valdebebas, la Casa de Campo, el sistema hidráulico del Monasterio de El Paular, los ciclos del agua en La Granja de San Idelfonso, las Salinas de Imón, y la Fábrica de Paños de Brihuega.